miércoles, 27 de julio de 2016

2013-2016: Tres cursos de convivencia intergeneracional y aprendizaje emocional.


2013-2016: Tres cursos de convivencia intergeneracional 

y aprendizaje emocional.


Hace ya tres cursos académicos que nos iniciamos en el mundo de las relaciones intergeneracionales, en una apuesta educativa que ya está consolidada en nuestro Instituto. El programa de convivencia intergeneracional constituye una seña de identidad del Centro, que entiende que el ineludible objetivo de la educación es la formación integral de los alumnos, destacando su aprendizaje emocional y las dimensiones que conforman sus relaciones sociales, su compromiso ético y su actitud cívica. Además considera que en cuanto espacio público y entidad administrativa que es, tiene un deber social con respecto a la ciudadanía en su conjunto, afirmando su carácter de servicio hacia aquellos colectivos que más demandan o necesitan atención. Algo de especial importancia en cualquier contexto, pero que tiene más sentido aún en áreas periféricas y rurales como es nuestro caso, en donde la oferta socio-educativa es mucho más reducida. La atención a los mayores se concibe, por tanto, no solo como un hecho de obligada justicia social, en cuanto les restituimos, aunque en un grado siempre insuficiente, la rica aportación con la que su generación ha contribuido a nuestro progreso y bienestar, sino como el medio de enriquecernos mutuamente, poniendo en juego y conexión recursos que alcanzan su máximo valor en cuanto interactúan. La apertura de nuestro Centro al contexto social del que forma parte, se hace en una doble dirección: hacia el ámbito residencial, en donde predomina la presencia de mayores dependientes, especialmente los aquejados por distintos grados de deterioro cognitivo, y hacia los mayores del municipio que demandan formación, socialización y espacios para desarrollar diversas acciones encaminadas a su envejecimiento activo. Durante los dos primeros cursos académicos nos hemos orientado principalemente a trabajar en el centro residencial ServiMayor, que forma parte, como si fuera una prolongación más, de nuestro propio Centro y que hemos venido a calificar como un "laboratorio de emociones". En este curso, además de mantener y ampliar nuestro programa de acción con ServiMayor, hemos entrado en contacto con la asociación "La Aliseda" y el "Aula de mayores" que gestiona el Ayuntamiento de Jarandilla, dentro del programa de formación de adultos de la Consejería de Educación de la Junta de Extremadura, lo que ha dado lugar a una novedosa experiencia. Un plan piloto que ha convertido al Instituto en un nuevo espacio para la realización de acciones formativas conjuntas e intergeneracionales, que nos ha llevado a dar un paso más hacia delante. Para el próximo curso, vamos a contar con un aula permanente de mayores dentro de nuestras instalaciones.

Principios generales del Plan de convivencia intergeneracional:

- La inter-generacionalidad como principio: adiós a la segregación e invisibilidad de los ancianos y de los efectos psicosociales del envejecimiento.
- El envejecimiento activo como fundamento: cambio en la concepción de los mayores como personas sin trayectoria vital y sin papel social, así como de su valor e importancia como estrategia preventiva.
- Las emociones como motor del aprendizaje y del bienestar: colocar el aprendizaje emocional en un lugar central de la actividad educativa, residencial y asistencial.
- El valor emocional de las relaciones inter-generacionales: la utilización del potencial emocional y “terapéutico” de las relaciones inter-generacionales en la prevención y mejora de los mayores aquejados de deterioro cognitivo y alzhéimer.

Programas de convivencia intergeneracional desarrollados:

1. Encuentros en la Tercera Fase (curso 2013-2014)
Objetivos:

- Desterrar los prejuicios y las inercias: los jóvenes y mayores pueden encontrarse.
- Vencer y cambiar los estereotipos: no somos marcianos.
- Crear espacios y momentos de encuentro: no es cosa de un día puntual, sino un plan estructural.
- Comprobar los beneficios mutuos de la convivencia intergeneracional.
- Constatar la capacidad instrumental y terapéutica de las relaciones intergeneracionales.


 2. Tablas para la vida (curso 2014-2015)
Objetivos:

- Introducir la perspectiva del aprendizaje emocional : Búsqueda de equipos universitarios para orientar nuestro trabajo.
- Mejorar nuestra formación en el ámbito de las emociones: Curso para profesores y  personal de ServiMayor.
- Diversificar las acciones y actividades orientadas a una atención más individualizada y efectiva a los residentes.
- Obtener el apoyo institucional y tener difusión: Una experiencia que debe ser imitada.
- Calibrar el carácter motivador y mediador del componente intergeneracional en las actividades para la prevención y “terapia” cognitiva.  






3. Compañeros de viaje (curso 2015-2016)

 Objetivos:

- Formar un equipo de trabajo ServiMayor-IES “Jaranda”: unir dos mundos que están más cerca que lejos.
- Experimentar en el campo del aprendizaje emocional: dar los primeros pasos en el mundo de las emociones.
- Elaborar programas de actividades más coherentes, orientados y diversificados: mejorando la coordinación, siendo más creativos, efectivos  y potenciando la iniciativa.
- Un nuevo horizonte, hacer del Instituto un “centro intergeneracional”:  conviviendo habitualmente mayores, adolescentes y jóvenes en un instituto de secundaria.
- Plantear las dificultades y limitaciones en los procesos de identificación y diagnóstico de las emociones de los enfermos de alzhéimer. 
- Establecer nuevos puentes inter-generacionales con niños de educación infantil.



 A lo largo de estos tres programas hemos consolidado el Plan de convivencia intergeneracional y creado un espacio de encuentro en donde adolescentes, personas mayores y ahora también niños realizan de manera sistemática y continuada actividades conjuntas. En estos años, nuestras expectativas y horizontes se han ido ampliando, en la continua búsqueda de procesos y espacios que sirvan, de un modo más coherente, consciente y efectivo, para el aprendizaje y bienestar emocional de estos tres colectivos. No solo hemos roto prejuicios socialmente estabecidos e inercias, hábitos y rutinas que, desde hace decenios, han tendido a segregar y separar ámbitos relacionales que jamás deberían haberse separado. También hemos transformado estereotipos que, aparentemente sólidos e inamovibles, caen con sorprendente facilidad en el momento que se rompen las barreras y jóvenes y mayores se juntan y establecen vínculos. Los beneficios que obtienen y reciben unos de otros son de una evidencia tal, que nos mueven a cuestionar unos prejuicios que, desgraciadamente, siguen manteniéndose fuertemente arraigados y que tienden a dejar al margen al envejecimiento y a los envejecidos. Nuestras sociedades -nuestros jóvenes y adolescentes- no pueden permitirse el lujo de prescindir de un recurso de enormes capacidades y posibilidades, ni tampoco el evadirse de una realidad, la del envejecer, que tiene que integrarse de manera natural en el contexto cotidiano de nuestros alumnos. La realidad de los países avanzados está ineludiblemente marcada por su envejecimiento, lo que exige una verdadera toma de conciencia sobre las implicaciones económicas, sociales y políticas que conlleva. La solidaridad intergeneracional, que constituye una de las principales bases que sostienen nuestro estado del bienestar, debe erigirse en uno de los puntos de atención preferente de nuestros sistemas educativos y asistenciales. Y son las administraciones educativas -y también las sanitarias y las que centran su acción en el ámbito social y asistencial- las que tienen que desarrollar una acción decisiva en el desarrollo de este valor y en la creación de espacios efectivos de encuentro entre niños, jóvenes, adolescentes y las personas mayores.

Encuentros en la Tercera Fase

I Campamento de Trabajo Encuentros Intergeneracionales

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